lunes, 19 de mayo de 2014

EPV2-45: [Memorias del pasado] La rosa mas blanca, herida por sus propias espinas. (Parte 1)

HEI-YOO Chicuelos c: Les vengo con un cap recien salidito del horno. uvu (Na, mentira, este pan ya casi se pudre de tanto haber esperado(?)) Y, bueno, aviso que es algo distinto. Tiene que ver con la historia, pero a la vez no. La idea surgio de mi vicio con... la oscuridad. e_e Y se que ustedes diran "¡¿Que m*****?! ¡¿La oscuridad?! No encontraste a alguien mas amable para viciarte... como Freddie Krueger, por ejemplo.(????)" pues ya veran porque mi vicio reciente. xD ¡Dale al capi, Ernestina!
Simon: Oye, como que ese chiste ya esta muy viejo, ¿no? -____-
Yo: ¿Que chiste? .v.
Simon: ._. ... Meh, olvidalo... -le da al capitulo-
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¿Como vivir en la realidad cuando no eres dueño de tu propia fantasia?
¿Como controlar lo que pasa cuando no puedes controlarte a ti mismo?
¿Como proteger a quien amas si el ser mas peligroso eres tu?
Tantas preguntas en mi cabeza, tantos temores en mi corazon y tantas cadenas en mi alma...

Gran forma de empezar tus catorce años, ¿no creen?
Bueno, deberia decir ciento cuarenta años. Pero en años mortal es basicamente lo mismo.

Si se preguntan quien es el narrador de esta historia, les dire. Mi nombre es Darkeus Demon. Y si, "Demon" es solo apellido. Mas que demonio podria decir que soy un dios.

¿Aun no saben quien narra? Bueno, era de esperar. Ustedes sigan leyendo.

Mi historia es algo que podrian llamar tragica, pero yo no. Eso seria un eufemismo. Por esa razon, y por ustedes,  contare una historia de amor y, de paso, mi historia acompañandola. Entonces, comenzare.

Hace mucho tiempo, trecientos cuarenta y tres años siendo exactos, comenzo mi pesadilla que, desde el comienzo, estaba destinada a sucederme a mi. Todo por mi propia sangre. O, bueno, herencia, ya saben, por eso de que los dioses no tienen sangre.

Empezando con mi familia: mi padre, mi medio-hermano y mi madrastra. Las unicas personas que conocia, realmente,  por haber sido encerrado en casa hasta tener cierta edad. Con mi madrastra no tenia problema, la verdad, si escapaba de su acoso sexual era aguantable. Mi medio-hermano y yo no eramos los mejores amigos, realmente casi no hablabamos y cuando lo haciamos tenia cara de pocos amigos. Y, finalmente,  mi padre, un dios de no mas de tres mil. Poderoso, muy poderoso. Lo se bien por sus ataques.

- ¡Levantate, maldita sea! -gritando. A mi, por supuesto,  despues de haberme apaleado

- Padre... - toci - ... por favor...

Y otro golpe. Ley numero uno: no soy tu padre, soy tu jefe. Sí,  el tenía reglas. Reglas que acostumbraba romper cuando me golpeaba. Osea, recurrentemente lo hacia.

- ¿Que, Darkeus? ¿Podrias repetirlo?

- Por favor... - llorando, con la cara al borde del deformamiento -...señor, ya no. Duele.

Otro golpe. Ley numero dos: el dolor no esta permitido.

- ¿Duele? ¿En serio?

Negue. - No, señor.

- Me alegra. - sonrie, una de sus sonrisas de odio acostumbradas, y se acerca a mi, luego se agacho - ¿Sabes por que hago esto?

Negue, de nuevo. - ¿Por que?

Y otro. Ley número tres: no custionar, no pedir razones.

- Amas romper las reglas, ¿no? -rio- Pero te respondere - se acerca - Te odio, Darkeus. Cuando veo tu cara, me llama a golpearte. Debes agradecer que son golpes y no muerte, eso solo por ser especial.

Entonces se fue. Azotando la puerta, claro.

Y esa escena es, mas o menos, un resumen de como era mi vida. Aunque aveces tenian razon de ser los golpes, cosas pequeñas pero razones al fin y al cabo.

Yo sabia la razon central, algo acerca de mi abuelo. Segun me habia contado mi madre antes de morir, existian ciertos tipos raros de dioses que, hasta cierta edad, debian ser cuidados con extremo cuidado para no ser atrapados por la locura. Y mi abuelo fue uno de ellos, claro que eso no lo supieron hasta que la locura hizo lo suyo con el; dandole gran poder y quitandole la razon con ello. Mi abuela intento eso con mi padre despues de que mi abuelo fue finalmente destruido, pero obteniendo como resultado un ser rencoroso y malhumorado en vez de un dios de poderes inimaginables.

Parecia ser que yo era el experimento de mi padre, pero no le daria lo que queria. Eso lo tenia bien claro, por eso solo resistí. No sirvio.

◆◆◆¤◆◆◆

- Por favor... - empezando a perder la conciencia - ... señor...

- Lo siento, Darkeus - agarrando mi cuello con fuerza, con una mirada de complacidad-decepcion-. Si tan solo hubieras servido como hubiera querido esto no seria problema.

Me encontré acorralado, despues de un tiempo de haber cumplido ciento cuarenta años. Estaba siendo ahorcado en mi propio cuarto, por mi propio padre. Aparentemente, mi tiempo de experimento habia terminado sin resultar exitoso. Debia pagar ello con mi vida.

- Te lo ruego... -sosteniendo su mano débilmente, sin poder evitar que las lagrimas corrieran libres por mis mejillas, con la voz cada vez mas apagada- ...padre...

- ¡Calla, bastardo! -aprieta con mas fuerza- Eres un inutil, no sirves, ¿entiendes? ¡No me sirves!

Me miro, con odio. Un odio penetrante que no olvidare nunca. Esa fue la segunda cosa mas aterradora que vi en mi vida.

*Viejo maldito.*

Y esa la primera.

Antes que pudiera pensar nada, mis ojos se cerraron. No sentia nada pero a la vez sentia el dolor más agudo, asumi que asi se sentia la muerte. Lo hubiera deseado. Aun hoy lo deseo.

Cuando abri mis ojos, encontre a mi padre herido en el suelo, mirandome con una sorpresa que nunca vi en sus ojos, mezclada con otro sentimiento, ¿satisfaccion? Era lo mas probable. Su experimento habia funcionado.

- Yo... -vi mis manos, con miedo- ...lo siento. Lo siento. No quise...

- No te disculpes -replico enseguida, interrumpiendo mi lamento-. No tienes por que sentirlo.

Se levanto y me vio con su sonrisa complacida, ignorando completamente el miedo que se que se me notaba por mis lagrimas que seguian corriendo.

- Mañana te sacare de casa a ver el exterior. -se giro y luego fue a la puerta, antes de cerrar se detuvo para hablar- Felicidades, Darkeus. Al final, ha servido lo que he hecho.

Y cerro la puerta.

Tenia miedo, mucho miedo. Mas alla de haber visto por primera vez la sonrisa de mi padre o haberlo oido felicitarme, no podia olvidar la voz. Solo... no podia.

No dormi esa noche.

◆◆◆¤◆◆◆

Habia pasado otro tiempo, mucho mas tiempo desde ese dia.

Tenia ya trescientos dos años. La mayoria de dioses pierde la cuenta en doscientos, pero yo no. Cada dia para mi era lento y contaba, mis dolores de cabeza y escalofrios diarios solo no me dejaban olvidar que cada segundo algo parecia crecer en mi. Pero eso, claro, no era algo que supiera nadie, temia poder hacer daño a cualquiera que me viera.

Ya con el tiempo que habia pasado, me habia hecho de una reputacion. Buena, por cierto. Oia hablar de mi cosas como bueno, gentil, amable, caballeroso...sexy... ejem, bueno, lo ultimo no es una caracteristica que puedas decir buena, pero era lo que mas oia decir de mi, asi que supongo que es bueno. Por lo que, fuera de mi vida personal, tenia una vida tranquila.

Un dia, mi padre, a quien habia decidido solo hacer caso sin discutir para que no pasase lo de aquella vez, me habia preparado un encuentro con una chica aparentemente muy poderosa que habia estado en un confinamiento, tambien, hace solo unos pocos meses, aunque decian que su poder era inestable todabia pero nadie habia intentado probar. Daba igual, solo sabia que debia estar con ella, hablar un poco y rechazarla. Era mejor para ella.

Entonces la vi, estaba sentada junto a otra chica. No sabia exactamente cual de las dos era asi que solo las observe hasta intuir cual era, no me gustaria quedar en ridículo cuando la voy a rechazar.

Vi a las dos y pronto mis ojos se fijaron en una, la mas joven. Tenia una cara delicada, inocente, un cuerpo que parecia fragil, muy pequeño, hasta su ropa era conservadora y de un blanco puro. Sus rasgos faciales, su pelo de un cafe luminoso y sus ojos eran iguales a los de la chica a su lado, y aun asi... mas claros...

Bien, rechazarla no ba a estar tan facil, entendi.

Me acerque entonces para hablar con ella desde atras.

- Clarisse -oia decir de la otra chica-, ¿no sabras como es ese tal Darkeus?

Clarisse nego. - No, no mucho. Solo que le gusta ser llamado Dark, y que es gentil y caballeroso.- decia en voz baja, pero audible a mi distancia- Tambien escuche algo sobre que era guapo...

Esa era mi señal. - Ah, pues gracias por el cumplido. -sonrei, viendo su expresion avergonzada- Veo que me conoces bien. Soy Darkeus, pero dime Dark. Un gusto, ¿Clarisse, cierto?

La chica asintio, sonrojada. No notaba una mirada como la de mi madrastra o la de multiples chicas, asi que supongo que es una reaccion natural hacia los hombres que ella tenia. La comprendo, seguramente en su confinamiento no vio a ningun hombre.

-Lindo nombre, Clarisse -de nuevo, era sincero. Me gustaba el nombre, le quedaba. Pero note su mirada y vi a la otra chica a su lado, para no tensarla.- ¿Y tu? ¿Como te llamas?

Se aclaro la garganta, claramente sorprendida por verme.- Maribel. Un gusto.

- Otro hermoso nombre. -No tan lindo como Clarisse, pense. Pero eso no lo iba a decir, por lo que solo sonrei.

Ella sonrio ligeramente nerviosa. -Ah, yo, gracias, eres muy amable.

Hice una pequeña reverencia.- Agradezco el cumplido.

Ella rio levemente.- Oh, valla. Eres tan agradable como decian, que gusto.- sonrió, dejando el nerviosismo de lado. Actitud cambiante.- Un gusto conocerte, Dark. -me ofrecio la mano- Seamos amigos.

Que directa. - Sera un placer. -acepte su mano y asenti levemente, notando que me dijo Dark sin siquiera haberle permitido decirme asi. Ignore eso.

Volvi de nuevo la mirada a Clarisse, quien enseguida se dio cuenta y bajo la mirada. Me preguntaba si yo hubiera hecho eso con las mujeres si en mi confinamiento no hubiera visto a mi madrastra, cosa que me hizo agradecer, por primera vez, haberla tenido.

- Oh, valla. Perdon por ser tan feo que tubiste que girar la cara. -rei un poco

Giro a verme, sorprendida, de la broma o de que le hablara.- Ah, no, no eres feo... -se ruborizo un poco al decirlo y miro hacia abajo- ... es que estoy aqui haciendo mal tercio, debería irme. -dijo casi susurrando, con una mirada apenada.

- ¡Clarisse, por supuesto que no sobras! -dijo Maribel- ¿Verdad, Dark? -sonrio, pero casi sentí a su mirada amenazarme con ahorcarme si la contradecia. Se notaba que tenia caracter para cubrir a las dos.

- Eh, seguro -algo atemorizado por su mirada-. Por ti es que he venido, ¿no? -sonrei para animarla.

- ¿Uh? -me miro con sorpresa y se ruborizo al punto de parecee un tomate, un pequeño, y de algun modo lindo, tomate -¿E-en serio?

Asenti.- Aja, solo para conocerte estoy aqui.

Eso la sorprendio mas, pero luego su cara cambio a una con un ligero tono de decepción. -Uhm, perdona, pero creo que te has confundido, mi hermana es la que buscas, ella es la del gran poder. -rio un poco, pero era una risa que daba a notar todo menos felicidad.

Genial, soy un idiota, me dije internamente.

- ¿Uh? ¿En serio? -la vi, sorprendido.

Me vio, con cierto disgusto.- ¿Que? ¿No crees que una chica como yo pueda tener tanto poder?

- Eh, no, es que tu actitud... - lo pense un segundo. Tiene una actitud cambiante, pense, eso habia dicho mi padre. Entonces, ¿por que me fije en la otra? De lejos se notaba que era timida, al contrario de su hermana.

- ¿Que con mi actitud? -dijo un poco mas enojada, interrumpiendo mis pensamientos.

- Ah, nada, perdon. Fue una pequeña confusion. -dije, riendo algo avergonzado.

Clarisse se levanto casi de golpe, cosa que me sorprendio, con la mirada baja.- Bueno, como ya aclare eso, ahm, seria mejor que me fuera... -me vio y sonrio ligeramente- ... un gusto, ahm, haberte conocido.

Sonrei, aunque estuviera algo decepcionado.- El gusto fue mio.

Entonces se sonrojo un poco mas y bajo la mirada, luego se fue. Parecia una chica interesante, la verdad, aunque tenia una mirada algo triste cuando me veia. Era extraño, pero lindo, de algun modo.

Acabe por ignorar ese hecho y solo me dediqué a hablar con Maribel. Al final no la rechace, me habia agradado, no amorosamente pero daba igual.

◆◆◆¤◆◆◆

Y asi siguio por unos viente años, lo que, como ya dije, equivale a unos dos años mortales. Y, por primera vez, fueron mis unicos años en mucho tiempo sin los interminables dolores; o eso, al menos, la mayor parte del tiempo.

Durante esos años habia pasado con Maribel, casi siempre. Ademas, entre ese tiempo, me dijeron que ella era "la reencarnacion de la luz primera", o algo asi, y por eso ella tenia un aura pura, entonces supuse que era eso lo que me calmaba de mis ataques internos. Decidi quedarme a su lado el mayor tiempo que pudiera, lo cual era bueno por mi lado. Sin embargo, el modo en que ella me miraba ya no era el mismo. Eso era malo para ella, porque yo no la veia asi. Pero, de igual modo, debia estar con ella. Tal vez no me gustara, pero me mantenia en control y me agradaba, tambien, entonces supuse que con el tiempo se convertiria en amor.

Un dia, me encontre en la casa de Maribel para reunirnos a hablar. Sus padres no estaban y su hermano mayor se habia ido, hace mucho ya, por algo de encontrar la paz perfecta, no es que sepa mucho de eso. Solo se encontraban ella y su hermana, Clarisse. Aunque ella casi no hablaba, podria decir que ni si quiera la note. Pero ahí estaba.

- ¿En serio te dijo eso? -dije, riendo sobre lo que Maribel decia.

- ¡Si! -rio tambien- Y yo le dije que podriamos ser amigos, porque, ademas de ser un mortal, ¡esa fue la peor declaracion de todas!

- Y eso que apenas lo habias conocido, ¿no? -pregunte.

- Eso tambien, pero eso no cuenta. Yo si creo en el amor a primera vista. -aseguró.

- ¿Lo has sentido para asegurarlo?

Se quedo estatica por un breve momento, luego volteo la mirada con cierta vergüenza. Oh, genial, lo ha sentido por mi, pense.

- ¡C-como sea! ¡De cualquier modo no saldria con un mortal! -dijo, casi gritandolo, obviamente para evadir el tema.

Solo me rei por la forma en que lo aseguro; eso y que yo tambien queria evadir el tema.

Entonces ella miro el reloj y se alarmo- ¡No puede ser! -exclamo, levantándose de golpe, luego me vio- Dark, perdon, tengo algo que hacer -decía rapidamente mientras se iba-. Luego seguimos hablando, ¿si? ¡Adios! -se despidio con la mano y luego se fue.

Casi siempre pasaba eso. Era sorprendente lo socialmente activa que se habia hecho despues de tanto tiempo confinada, a mi al menos me tardo unos diez años mortales y a ella meses. La envidiaba un poco por eso.

- Huh, quien la viera no pensaria que estuvo tanto tiempo encerrada. -dije para mi mismo, riendo ligeramente, luego gire la mirada.

Entonces note algo, Clarisse estaba viéndome. Oculta para que no me diera cuenta. Ella me noto y, en seguida, se fue rápidamente.

- ¿Pero qué...? -me dije, confuso, y fui a seguirla.

Durante todo el tiempo con Maribel, Clarisse habia logrado captar mi curiosidad. Ella siempre estaba vigilandome. No era como si me molestara, la verdad. Incluso llegue a acostumbrarme a esos ojos claros viendome.

No era una acosadora, lo se por la forma en que me miraba que era mas preocupada que psicótica, pero aun resultaba intrigante saber el por qué de lo que hacia. Entonces aproveche que estabamos solos y la segui para interrogarla.

- ¿Clarisse? -me asome por el pasillo, para poder encontrarla, pero no la vi- Que raro, hace un momento estaba ahí. -me dije, sorprendido por su velocidad y el silencio en el que se fue.

Aunque fuera veloz, se que la vi. Y no me iba a rendir. Entonces camine por el pasillo, asomandome de vez en cuando para ver si estaba ella allí, impulsado por la intriga y otro cierto sentimiento.

*Deja de buscarla. Ahora. ¿Acaso no te basta con Maribel?* 


La voz. Esa voz que no olvidaba hasta ese día. Lo que crecia dentro de mi.

Senti como me desplomaba en el piso, senti el golpe de mi cuerpo contra el suelo, y sentia como mi cabeza ardía como antes, pero más agudo.

Grite, el dolor era fuerte, y aprete mi cabeza como pude para pararlo.

Entonces abri mis ojos, con dificultad, y la vi. Clarisse en frente mio.

- ¡T-tu descuida! ¡Esta vez te ayudare! -dijo, con un miedo piadoso en sus ojos.

¿Esta vez? ¿Antes me ha visto así?, me pregunte.

No pensaba con claridad, el dolor y el miedo no me dejaban decir si lo que escuchaba y oia era real o solo una ilusión de mi cabeza para sentir que tenia a alguien. Pero era real, ¿o acaso una ilusion puede abrazar con tal calidez?

- Estaras bien -susurro a mi oido- Estoy aqui. Apoyate en mi. -apreto mas su abrazo

Senti como el dolor se iba de a poco, lentamente, hasta que desaparecio, dejando paso a la sorpresa y confusion, con algo de miedo siguiendole.

- T-tu... -musite, con cierta dificultad- ¿Como...?

- Hace un tiempo vi como te ocurria esto. -explico- Yo solo pensé... -se pauso, aferrandose un poco mas, hablando aun en susurro- ...que necesitabas a alguien.

Eso explicaba el porque de su mirada y vigilancia, la preocupacion de sus ojos en ese momento tenia sentido.

No pensé nada, no pensé como esto podía afectar en algo o a alguien, solo me abracé a ella como si fuera lo unico en mucho tiempo a lo que podia aferrarme. Como un tesoro.

Solo despues de irme, sin decir nada más que un Gracias, suponiendo que ella sabía que no debía decirle a nadie, y luego de un silencio, pude comprender el sentimiento que crecia dentro de mi. Ese sentimiento que me prohibia amar a alguien. Un sentimiento que, durante mucho tiempo, tendría que negar.

◆◆◆¤◆◆◆

Y mas tiempo paso, esta vez saltandome hasta tan solo cinco años mortales, unos cinco meses para los dioses para quien aun no entienda. Tiempo en el cual habia descubierto que, efectivamente, Maribel sentía algo por mi. Claro que no la podia rechazar, el tiempo bajo su aura pasa tranquilo. Rechazarla hubiera sido como regalarme a la locura. Pero pedí no tener una relacion en seguida, pensaba en refrescar mi mente, pensar bien lo que queria. Y, sobretodo, aclarar lo que sentía.

Poco habia hablado con Clarisse desde el incidente, de pronto el ambiente se había vuelto algo tenso entre nosotros y empecé a evitarla para no sentir sus claros ojos vigilandome. Me hacia sentir extraño, algo avergonazado, y me hacia recordar lo que había pasado, el hecho de que me abrazara a ella y le mostrara mi lado mas débil, haciendome sentir más vergüenza. Sin embargo, ahora era yo quien, ocasionalmente, la veia e incluso preguntaba por ella a su hermana, indirectamente, claro, para que no sospechara.

Un día, nos encontramos Maribel y yo paseando, en un parque para ser exacto. Hacía calor, y a la vezla brisa soplaba ligera y fresca. Era un buen día, o parecía que lo fuese a ser.

- Amo estos sitios. -me vio- ¿Tu no, Dark? -sonrio, agarrada a mi brazo.

Asentí.- Ah-hah. Son muy tranquilos y a la vez entretenidos. -dije, mientras veia a un grupo de niños jugar.

Tomó una bocanada de aire, luego suspiró profundamente.- Y el aire es tan fresco que parecería que no ahí nada de que preocuparse.

- Pero lo hay -replique, con cierta amargura en esa frase, y la vi-. Si no fuera así, no me hubieras llamado, así que, ¿qué sucede?

Suspira.- La verdad... -se paro frente a mi, viendome- ...quiero aclarar la situación entre nosotros.

Oh-oh.- ¿A que te refieres? -pregunté, fingiendo que no sabía a que se refería.

- Tu sabes a que, Dark. -dijo viendome algo irritada, pero cambiando luego a una actitud mas sumisa y algo timida- Es que yo me declare hace unos meses, y tu aun no me respondes y yo quería saber...

- Maribel -interrumpi-, ya dije que necesito tiempo para pensar si quiero algo mas que amistad.

- ¡Pero ya te di tiempo! -dijo, con una actitud algo desesperada. Me agradaba, en verdad, pero no me gustaba esa actitud de ella.

Suspire.- Más tiempo. Tres años mortales no bastan.

- ¿Ha pasado tanto? -pregunto, sorprendida.

Asentí. Obvio que no sabrías, pensé.

- ¿Y así quieres más tiempo? -cuestiono algo irritada.

Suspire. En serio me agradaba, pero esa actitud... - Si. Lo necesito.

- Esta bien, pero apresurate, ¿si? -dijo, luego sonrió. Debe existir un límite para ser cambiante, pensé, pero supongo que ese era su encanto.

Es que en verdad intente quererla, no queria rechazarla y menos apartarla. Pensaba en lo atractiva que era, porque lo era, y en lo mucho que otros hombres la deseaban, en su carisma, en su perfectamente liso y negro pelo, en su figura, en sus ojos azul claro y demas. Pero en ese mismo instante pensaba cosas como que preferiría que fuera más linda que atractiva, que no me importaba que tantos la quisieran si yo no lo hacia, que era mejor reservada que carismatica, en que su pelo se veria mejor cafe y no tan liso, que su figura debia ser menos demostrativa y mas inocente, y que sus ojos debian ser mas claros, como los de Clarisse. Ella deberia ser como Clarisse, acababa pensando.

Despues de hablar y que, como casi siempre, se fuera por algo importante que tenia que hacer, decidi irme yo tambien a casa, a una nueva, claro, lejos de mi padre. Mientras tanto, aproveche para pensar sobre que haria con lo de Maribel.

Maribel era linda, explosiva, y buena amiga y consejera, posiblemente sea buena madre algun día. Pero no era ella, no era Clarisse. En ese tiempo empecé a creer en eso de amor a primera vista, quiza desde un principio me hubiera gustado. Quiza lo mejor sea estar con ella, pense.

*Ni siquiera lo pienses.*


La voz. No, por favor, ahora no, me dije. Entonces empezó el ataque. Uno diría que con tantas veces ya me hubiera acostumbrado. Pero no. Eso no es algo a lo que uno se acostumbre.

Por suerte yo ya estaba en casa habiendo llegado a la sala y con la puerta cerrada, así que agonizaba solo, al menos.

Grite y grite, era un dolor agudo que me dejaba paralizado. Parecia que cada vez que mis ataques daban fuerte se hacian mas fuertes en la siguiente vez. Tuve miedo, mucho miedo.

*Ya casi, casi...*


Oía a la voz y me dolía mas la cabeza, entonces gritaba mas y me retorcia con la limitada movilidad. Esto no podia ser posible, no puede, pensaba con la poca consciencia. El poder quería controlarme por completo.

Estaba a punto de rendirme, el dolor y la soledad de mi casa no daban mucho ánimo a que no lo hiciera, más el temor eran un trio terrible, pero justo cuando pense lo peor paso. Alguien me salvó.

- ¡Dark! -dijo una voz femenina, forcejeando la cerradura y, al final, lograndolo- ¡Dark! ¿Donde...? -grito cansada hasta que me vio y se llevó sus manos a la boca, casi al instante- Dark... -agito su cabeza, como para salir del shock inicial, y se agacho a mi lado- No te preocupes, te ayudare. Ya estoy aqui.

Casi no la veía pero lo intentaba. Era Clarisse. No la queria aquí, podía salir herida, pero, a la vez, no había nada que me hubiera alegrado más que su presencia.

De pronto sentí mis ojos cerrarse, como cuando herí mi padre. Solo las peores cosas se vinieron a mi mente, con la poca consiencia que tenía, de lo que iba a pasar.

Escuche voces, una femenina, la de Clarisse, y una sombria, seguramente mi voz interna. Oí el ruido del forcejeo. Un grito le siguió, de la voz femenina. Hubo un momento de silencio donde imagine lo peor.

Entonces lo senti. Calidez, la más pura calidez. Calidez que alguna vez me enamoró. Fue entonces que senti fuerzas para luchar por salir, aunque doliera, y lo hacía, tenía que salir, tenía que tener esa calidez.

Despues de mucho luchar dejé de escuchar la voz, los gritos y el forcejeo. Solo se hallaba la dulce calidez que, poco a poco, impulso a mis ojos a abrirse. Entonces me vi sentado en el piso con Clarisse en frente, abrazada a mi con todas sus fuerzas, herida de lo que parecian zarpazos y con moretones en su espalda desnuda. Lloraba. Seguramente por sus heridas, o eso pensé.

- C-clarisse... -dije en un débil susurro, viendo como lloraba.

Alzó su llorosa mirada, luego me vio arrepentida y escondió su cabeza en mi pecho. Iba a pedirle perdón, hasta que habló susurrando entre sollozos- Perdón. En verdad lo siento.

¿Eh?- Pero, ¿por qué? -musite débilmente.

- Se que no te agrado, por eso me evitas -explico en un tono arrepentido mezclado con su llanto-. Intente apartarme, pero yo solo... -se aferro más- ... no te puedo dejar.

- ¿Por qué no? -pregunte inconscientemente.

Se aferro mas, pero no dolía- No lo se, yo solo quiero que estes bien. Solo me duele saber que sufres, y no se porque. Solo pasa. -susurrante, afloja un poco el abrazo- Perdon, en verdad. Aunque me odies, quiero que estes bien. Lo deseo más que nada.

Esas pocas palabras hicieron que las pocas ganas que habia logrado tener para alejarme de ella desvaneciesen. No pude contenerme. Entonces agarre su cara con una mano y la hice verme a los ojos, deseando estar en un cuerpo separado al de la voz interna para partirle la cara por herir su mejilla.

Ella se sorprendio ante esa reacción, posiblemente esperaba que me enojará. Trago saliba y se sonrojo, mirándome con sus ojos inocentes. Eso solo aumento mi ganas.

La besé. Era solo cosa de inclinarse, y eso hice. Estaba embelesado por el sabor, era un increible primer beso. El arcoiris despues de la tormenta.

Ella se sorprendio aún más pero, temerosa, se aferro a mi y me correspondió. Acaricie su mejilla sana con dulzura, apegandola a mi. Dudó un poco, pero siguió correspondiendo como pudo hasta que nos falto aire y nos separamos. Todo rastro de arrepentimiento pos-beso fue removido al ver su cara sonrojada verme.

- Por favor -dije en un suave susurro, luego acaricie con dulzura su mejilla herida-, perdoname tu a mi. No quería hacerte esto. -me incline y le di un leve beso en la mejilla, esperando sanar algo.

- Yo... - aun sonrojada, viéndome con la mirada que solo de ella deseo ver- ...estoy bien. No tienes porque preocuparte.

- Tengo. -acaricie su labio inferior que estaba ligeramente partido y la vi- Tu te preocupas por mi, entonces yo también debo hacerlo por ti.

Me incline de nuevo, esta vez sin dudas, y le di otro beso. Uno mas confiado, incluso ella se dejó llevar más de ese, aunque algo timida. Despues de eso, la abrace con dulzura, cuidando de no dar con ninguna de sus heridas, y bese su frente. Segun decian los besos tenian un significado, uno en la frente significa protección. Y eso iba a hacer, aunque nos hiriera a ambos la protegería.

Una semana despues de eso rechace ser novio de Maribel. En su lugar, le propuse matrimonio.

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Lo se, lo se, prometi que seria el capitulo donde aparecian sus personajes... pero es que solo no se me ocurria nada, ¡entiendan! ;A;
En su lugar trage este cap con un narrador desconocido uvu (Que seguramente muchos saben quien es...) con la vision del pasado de como comenzo todo... No se ustedes, pero a mi me parece mejor xD
Obviamente hay continuacion, peeeeeeeeeeeeeero quiero saber si les gusto o no para continuarla. De hecho, pienso hacer la version de cuatro personajes sobre el pasado, por eso quiero ver si les gusta la idea para hacer la continuacion de este (Que ya se esta haciendo) y los otros, y OBVIO esto tiene alto contenido de spoilah de porque esto y aquello en la historia... Osea, supah-cool Bl Digan en sus comentarios si les gusta uvu
¡Por cierto! Seguramente notaron los cambios, ¿no? Pues seguiran. Y se, decidi EDITAR el blog POR PARTES. Osea, solo capitulos viejos para acoplarlos mas a la historia y hacerlos serios. Pero descuiden, aun arresharan de risa asd(?)
Como sea, comenten C: ¡Eso es todo, adiu!