sábado, 2 de enero de 2016

ONE SHOT-PRECUELA: La primera historia de todas las historias

Hace mucho mucho tiempo, al comienzo de los días, existieron dos astros poderosos. Su poder era tanto que, con solo aparecer, podían alumbrar todo o dejarlo en las sombras.

Nunca tuvieron un nombre en concreto, porque solo eran astros, pero los mortales solían llamarles "Luz" y "Oscuridad".

Luz era frágil, pero poderosa. Tan pura y tan blanca que cualquier mortal que la viere enceguecía.

Oscuridad era misteriosa, pero atrayente. Tan fría y tan negra que cualquier mortal que le viere seria absorbido por las tinieblas.

"Pero no es mala", pensaba Luz. "La maldad es de mortales y dioses corruptos. Ellos solo se aprovechan de la Oscuridad para dar rienda suelta a sus inmorales deseos. La Oscuridad es tan pura como yo, ¿por qué no lo entienden?"

Nunca se supo cuando, pero ambos astros cayeron en un amor tan profundo y prohibido que casi juraban poder sentir aquel sentimiento de mortales llamado "dolor".

Pero no fue prohibido por nadie ya que hasta los dioses temían de su poder. No, era un amor prohibido por su propia naturaleza contraria. Nunca podrían tocarse, nunca podrían estar juntos.

Nunca podrían amarse.

A sabiendas de esto, ellos suplicaron a los dioses por su favor; lo cual sorprendió a todo dios que los escuchase estar tan desesperados como para rebajarse, ¿qué querrían pedir?

"Mortalidad", dijeron al unísono.

¡Pero que cosas pedían! La mortalidad era tan imperfecta, tan inmoral, ¡tan impía! ¿Como se les ocurría? ¡Increíble que si quiera lo pensasen!

Sin embargo, los dioses, tan temerosos y envidiosos de su gran poderío, lo pensaron.

La mortalidad era tonta.

Era ingenua.

Era débil.

Entonces los dioses, al fijarse en esta gran ventaja, empezaron con la producción de dos cuerpos humanos. Cuerpos de hermosos rasgos que compensaran la suciedad en la que los astros caerían.

A la Luz se le hizo un cuerpo femenino, representando su fragilidad y pureza. Tenía una piel tan blanca como la nieve y libre de imperfecciones, unos ojos celestes como el mismo cielo, un cuerpo pequeño y bien proporcionado, una cara llena de juventud y pelo largo y puramente blanco. Mujer deseable para cualquier humano.

A la Oscuridad se le hizo un cuerpo masculino, representando su seriedad y fortaleza. Tenía una piel canela y perfecta, ojos amarillos como el sol, un cuerpo alto y en buen estado físico, una cara joven de mirada fuerte y un pelo negro brillante. Hombre deseable para cualquier humano.

Así, ambos fueron puestos en aquel mundo terrestre, sin ser puestos antes en una matriz para que los genes no afectaran su perfección.

No pasó mucho para que ambos seres se encontraran, se reconocieran y se amaran. Se amaran como siempre habían deseado.

Pero eso no es lo que querían los dioses.

Aquellos astros, al encontrarse, volvieron a tener aquel poderío temido por cualquier ser. Eran y volverían a ser mortales en siguientes vidas, sí, pero con el poder y el recuerdo de los seres poderosos que habían sido. Los dioses no podían permitirlo, ¡no podían! ¿Qué incluso en mortalidad tuvieran tal poder? ¡Que descaro!

Entonces los dioses pensaron, pensaron y no dejaron de pensar. Hasta que, cuando los astros tuvieron en mortalidad cuarenta años, se presentaron ante ellos.

"¡Escuchad, astros mortales! Bien es sabido por ustedes que los dioses mismos hemos sido quienes les han dado estadía en este mundo y su deseado encuentro mortal. A pesar de lo inconcebible que es.

>> Es por eso que, como es nuestro derecho, hemos decidido condicionar su estancia por que no hemos visto favor en este trato. Más bien, se nos ha desfavorecido.

>> Al hacer sus cuerpos, decidimos pasar por alto la naturaleza humana de estos. Cosas como la reproducción, el dolor y la misma imperfección ha sido sacado de sus caminos para facilitar su unión, lo cual ha parecido ser exitoso.

>> Sin embargo, como dioses, no podemos permitir esta anti naturalidad por mas tiempo, ¡es impensable! Por lo que, por esta vida, se lo dejara pasar. No obstante, las siguientes vidas tendrán otras condiciones.

>> Dichas condiciones son:

>> Primero, deben tener descendencia. Sin esta, no reencarnaran.

>> Segundo, si su descendencia es de Luz, otro vientre tendrá a Oscuridad. De ser descendencia de Oscuridad, sera a la inversa. Esto porque, de ser ambos de la misma descendencia, al intimar sería un acto pecaminoso.

>> Tercero, hasta tener catorce años mortales no serán capaces de recordar nada. Ya que la juventud es vulnerable, y esto debe ser para todo mortal.

>> Cuarto, tendrán que acarrear con la imperfección mortal; esto será porque otras matrices los concebirán y no podemos dar sangre perfecta de sangre imperfecta. No podemos asegurar que pasara a causa de esto.

>> Quinto, de ser el primer descendiente de alguna reencarnación, su descendencia lo será también. Sin embargo, de no serlo y llegar a ser reencarnación el segundo, tercero o el que siga después, su reencarnación ira a parar al linaje futuro más cercano.

>> Sexto, las reencarnaciones deben ser criadas con extremo cuidado hasta los catorce años, ya que vuestro gran poder en un cuerpo imperfecto de mente vulnerable es inestable. De nuevo, no podemos asegurar que sucederá si no se cumple esto.

>> Y en séptimo y más importante lugar, de ser ustedes una reencarnación que haya nacido primero en su descendencia, esta prohibido morir antes de dejar herencia. De ser así, deberán reencarnar en un cuerpo sin linaje, y esto les costara una reencarnación a futuro.

>> Estas son todas las reglas, de momento, hechas pensando en vosotros y su estancia. De más detalles están fuera de nuestro alcance saber debido a nuestra inmortalidad, por lo que deben ser descubiertos por experiencia propia.

>> Disfruten, astros mortales, vuestro anhelado encuentro mortal".

Entonces la voz calló, anunciando con su silencio la tormenta venidera a la eterna mortalidad de aquellos seres.

Pasaron años, siglos, ¡milenios! Y el linaje astral se sumió en el dolor de la imperfección cada descendiente un poco mas.

Mil historias de amor pueden contarse, muy pocos de finales felices. Los dioses se empeñaron en hacer que los mismos mortales evitaran su unión. Por lo que o bien nunca se unían o bien el destino dado por los dioses los separaba.

La imperfeccion habia tenido en ellos efectos secundarios de los que nunca habían sido avisados. La avaricia, la mentira, la lujuria, la corrupción, ¡la locura! ¡La extrema locura de ser una falla!

Vulnerabilidad e inestabilidad eran solo eufemismos comparados con lo que en realidad era la imperfección. El mas mínimo de los maltratos podía significar una falla en el cuerpo reencarnado. 

Tantas veces se vieron, tantas veces olvidaron, ¡tantas veces se dejaron ir sin mirar atrás! Pocas veces llegaron a reconocerse. Y cuando lo hacían, era muy tarde: otro cuerpo reencarnaba en ellos.

De las pocas veces que pudieron estar juntos, al menos por un ínfimo momento insignificante en todo el tiempo recorrido, se sabe solo de tres. Una de ellas, la que causaría la guerra mas grande que el universo hubiese conocido.

En una de sus tantas anecdotas tragicas, se sabe que hace pocos milenios atras se conocieron. Se reconocieron, porque sorprendentemente no se habían vuelto fallas, y se amaron. Llegaron a amarse como lo habían hecho la primera vez.

¡Se abrazaron, se besaron! ¡Fueron felices! Hasta que se dieron cuenta de una cosa.

Ambos habían reencarnado en hombres.

Al intentar intimar, se confundieron, ¿que iba aquí? ¿Que iba allá? Jamas había pasado y en ninguna de sus vidas había pasado eso. 

Finalmente, solo lo intuyeron y se fundieron en uno, como hacia milenios nunca lo habían hecho. Pero entonces hubo otro problema.

¿Como producir descendencia?

Lo intentaron y lo intentaron, ¡y los dioses rieron y rieron! ¡Los astros habían atado la misma cuerda que los ahorcaría! 

Cuando lo descubrieron y reconocieron que los dos eran hijos primogenitos, ambos astros sabian que tendrian que separarse. Aun despues de haberse visto, de haberse amado, de saber que ningun otro ser saciaria el vacio con el que siempre reencarnaban, ¡serparase era lo único que les quedaba! Las reglas lo decían , ¡las reglas de esos dioses preocupados por sus propios intereses!

Se separaron y tomaron caminos distintos, en busca de mujeres que les dieran descendencia para volver a reencarnar y encontrarse otra vez. 

Luz encontro a una dulce mujer con la que pronto tuvo a su descendencia, pero Oscuridad, ¡no lo aceptaba! ¡No, no se arriesgaría a mas dolor! Lo tenia en frente suyo, ¿por que debería dejarlo? ¡No debía, no podía!

Se rindio y lo busco, busco por todos lados hasta dar con el. Lo vio, suplico e imploro que estuvieran juntos, ¡juntos hasta morir! ¡Hasta volver a reencarnar, aun sabiendo la penitencia que les vendría!

Pero Luz lo rechazo friamente. No podia romper una regla de los dioses, por el bien de ambos. Lo desprecio con las palabras y lo odio con la mirada, sintiendo internamente que todo lo hacia para que reconsiderara su decisión.

Pero no lo hizo.

Y fue en ese entonces que ocurrió la peor de las tragedias, el rompimiento de la séptima y mas importante de las reglas.

Oscuridad se suicido.

Luz lloro y lloro, casi jurando haber podido el momento exacto en que respiro su ultimo aliento. No era para el la muerte en si por lo que sufria, sino por el dolor, ¡el dolor de la muerte premeditada! Ambos temian a morir, el dolor independientemente de la muerte era enorme, ¿cuanto Oscuridad lo habia querido para haber dado su vida asi? ¿Cuanto dolor sufrio antes de decidir que el dolor de la muerte seria menos doloroso? ¡Las lagrimas corrían por su piel de solo imaginar las respuesta!

La Oscuridad reencarno, en exactamente diez años mortales, como un ser que el creia jamas morira: un dios. Porque eso queria, no volver a morir, ¡vivir eternamente como antes, pero pudiendo tocar a su amada Luz como podía hacerlo ahora! 

Luz habia reencarnado en una niña, promogenita del anterior Luz, y reconoció a los dieciséis quien era aquel dios poderoso. Su corazón se adoleció y llorando miro al cielo.

"¿Por que lo has hecho, Oscuridad? Los dioses lo veran mal, ¡no te perdonaran, falta tan grave no puede ser perdonada!", grito al viento aquella ahora mujer, sabiendo que en algun lado de ese cielo su dios la veía. "¡Yo moriré y volveré a morir! ¿Sabes? Y tu, si llegas a tener descendencia, ¡esta no seras tu!"

El dios, al cual llamaban dios de la Oscuridad por el astro que era dentro de si, sintio la opresion en el pecho al oirla llorar. Pero sabia que en algo arreglaria ser inmortal, ¡ella morirá mil veces, pero el seguiría ahí esperando por ella, sabiendo exactamente donde reencarnaría!

Entonces paso el tiempo, y aquella chica volvio a morir dejando descendencia. Su descendencia crecio, supo de su dios, se adolescio y, con el tiempo, volvio a morir. Y así por varias generaciones, debido al corto tiempo mortal en comparación con el tiempo de una deidad.

La Oscuridad no habia contado con algo, ya que en su mente de mortal vulnerable no se habia dado cuenta de un error en su plan: la descendencia seria su nueva reencarnación. Si no moría, nunca reencarnaría por completo. 

El siempre viviría, ella siempre morirá.

Busco la trampa, el fallo en aquella situacion, ¡tenia que haber una solucion, debia morir de algun modo! Quería morir, quería morir, ¡quería morir con tantas ganas después de ver morir tantas veces a su amada!


Y los dioses se rieron de esto, rieron y no dejaron de reir ante aquel acto. Era hilarante como ellos mismo evitaban su unión, ¡no debían mover un solo dedo, aunque el no moría no se reencontrarían más!

Oscuridad, al ser dios, pudo oir las risas. Dia y noche las risas humillantes de los seres que lo habían metido en este problema, en este mundo sin fin de muerte, de dolor, de angustia.

Hasta que no pudo mas.

La Oscuridad, tan pura como siempre había sido, era en la que los deseos pecaminosos se formaban.

"La maldad es de mortales y dioses corruptos", susurro la Oscuridad, recordando las palabras de Luz al describirlo.

"Ya no soy mortal", recordó, metiéndose, poco a poco en sus pensamientos, en la mas tétrica de las conclusiones.

"Entonces soy un dios corrupto"

Y sin mas, dio rienda suelta a cada uno de los deseos que su cuerpo de dios había formado, ¡se había corrompido! ¡Corrompido por completo!

El dios corrupto, aprovechando su poder de astro, procedio a crear una masacre digna de una mente sanguinaria. Mato a todos y cada uno de los dioses que los habian metido en esto, a su amada Luz y a el, ¡debían morir! ¡Sufrir lo que el sufría! ¡Ver cumplirse sus pesadillas de ser destruidos por el poder de un astro!

La locura lo poseyó, ahora era una falla, ¡una falla corrupta, sin remedio, envuelta en la mas diabólica de las locuras! 

Su demente sed de venganza habia nublado su cabeza. Cualquier dios, independientemente de si había tenido que ver o no en su dolor, pagaba con muerte su sufrimiento.

Los dioses que quedaban, temerosos de esto, fueron con la mujer mas poderosa de cierto pueblo. Una oráculo, la nueva reencarnación de la luz primera.

"¡Debes ayudarnos!" imploraban los dioses a aquella reencarnación que estaba sorprendida. Nada sabia ella del astro que estaba dentro de si.

En aquella vida, se habia hecho fiel devota de los dioses y aprovecho el poder que tenia de nacimiento para ser la oráculo de aquel pueblo. Así que, sin dudar, acepto educadamente la petición de sus dioses.

Fue levantada por los dioses hacia lo que en su pueblo llamaban "el Olimpo" y vio sin reconocimiento alguno a aquel dios que todo lo destruía.

Aquel dios corrupto volteo la mirada de su masacre, y presencia al ahora cuerpo de su amado Luz y se acerco a prisa. Estaba allí, ¡allí mismo! Podría tocarla, ¡no solo ser el viento que la rodea ni el agua del rió al bañarla! ¡Tocarla!

Luz temió por el dios que se acercaba velozmente, pero, decidida a cumplir las ordenes de los dioses, no se movió de su lugar. Esperaba la posición perfecta para acabar con el dios corrupto. No sabia como lo haria, no sabia si podría, pero lo intentaría, ¡todo en nombre de sus dioses!

Oscuridad tomo su estado de calma como un reconocimiento. Ella sabia que era el, ¡lo sabia! ¡Sabia de el! Se reencontrarían al fin, después de tantas muertes, después...

Entonces, la Oscuridad cayo.

"Solo un astro puede matar a un dios"

Luz reconocio el dolor entonces, al cruzar con su poder el cuerpo de aquel dios, quien era ella. Quien era el. Quienes eran aquellos dioses.

Lloro. Lloro, internamente, para que ningún dios se fijara de su consciencia. 

Los odiaba. Los odiaba tan profundamente por haberla manipulado.

Pero ella también lo haría.

Supo que Oscuridad habia tenido descendencia, y sabia que por la penitencia esta descendencia no seria la reencarnación. Sin embargo, de esta saldría.

Ella moriría, moriría muy rápido en lo que son los días para una deidad.

Los semidioses también podían morir, pero no envejecían. El paso del tiempo no era problema para ellos, si se cuidaban vivirían.

Entonces lo decidió.

Un año mortal despues, nació como resultado de la unión de Luz y el dios de la Luz mismo un varón. Tiempo después, quedo en cinta otra vez. Esta vez, de la reencarnación misma.

Resultaba ser que aquel dios tenia otra mujer, una mortal de bella apariencia al igual que Luz.

Ambas mujeres se hicieron amigas y Luz, al saber que su cuerpo mortal no soportaria el poder de la nueva reencarnacion por su poder astral y divino, le confió todo lo que había recordado de sus vidas pasadas para cuidar a la nueva reencarnación.

Finalmente, la niña nació y su madre murió. Comenzando entonces una nueva generación de reencarnaciones.

Luz fue llamada Maribel.

Oscuridad fue llamado Darkeus.

Y fue en ese tiempo que, sin saberlo, se había desatado el ultimo cabo de la inevitable guerra.

-------------------------------------------------------------------

"Es 15 de diciembre del 2015... A contados días del 2016. ¿Cuándo públicas un nuevo capítulo? Por favor! Ya son escasas las esperanzas de que todavía publiques en alguna de tus historias... Eso hacen siempre... Ojala tu seas la excepción. Espero que puedas públicar lo antes posible. Saludos"

</3

NO, GENTE, HACERME LLORAR NO ES DE DIOS.

Les diré que SI, SI ESTOY PENSANDO EN QUE ESCRIBIR. Pero tengo muchas cosas en que pensar ahora. Graduarme, la universidad, que ser... no pude concentrarme en este año (ni en el anterior, ya que solo subí como tres capítulos) PARA NADA por estas cosas.

Ademas de eso, yo me quiero tomar enserio el hacer esta historia. Seguro se darán cuenta los que sigan leyendo y hubieran releído que esto se planeo como una comedio pseudo-dramatica. Lo que es mas, ¡no se planeo nada! Sin embargo, si quiero continuar, debo buscar una trama. Un punto y un fin. Lo he pensado mucho y, ¿que creen? ¡Logre sacar una buena trama! Sin embargo, necesito desarrollarla un poco mas y desarrollar un poco mas las personalidades de varios nuevos personajes que se vienen por los cambios.

Así que mis mas sinceras disculpas por esto. Siento decirles que aun me falta tiempo para terminar con los detalles, pero falta poco. Ademas, el capitulo final de "Memorias del pasado" es bastante largo y lleno de detalles que no pueden ser pasados por alto y tampoco ser escritos a la ligera.


Ya dije que volveré, pero no ahora. Pronto, ya que al fin me graduó (hurra). En serio, gracias a personas como la que escribió por seguir apoyándome y esperando... gracias.

Si desean explicaciones del capitulo, en comentarios gustosa respondo.


Si, Pancha, Melii, Amy, como quieras decir... ha regresado. 

¡SE LOS DIJE, PERROS! (?

No hay comentarios:

Publicar un comentario